sábado, 10 de marzo de 2012

Lo que veo y lo que digo.

Tener tanto tiempo
y no saber que hacer,
pedir sólo un deseo
y verlo arder.
Estar rodeada de gente
que mil deseos pidió,
y ver cómo se cumplen
y el tuyo se quemó.
Querer pensar tranquilamente
y ver en la esquina al rencor,
acercarte a saludarlo
y sentirlo en tu interior.
Ver que a quien amas
no le importas ni un poco
y dar paso a otro sentimiento:
pasar del amor al odio.
Buscar a la alegría,
y no poderla encontrar,
ponerte la máscara con sonrisa
que llevabas tiempo sin sacar.
Decirlo todo a susurros,
y no atreverse a gritar,
fingir que quien te rodea
es para ti una amistad.
Sentir tu corazón romperse,
por tus sentimientos no decir,
y no ser capaz de moverse
ni de la tristeza salir.
Desear ser más fuerte,
de todo escapar,
pero seguir sin decir  nada
por miedo a empeorar.
Mirar a los ojos a tu carcelero
y esta vez no huir,
coger al toro por los cuernos
y todo lo que te gusrdabas decir.

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