Te conocí, me conociste
y uno en el otro de forma especial se fijó,
no conocíamos ese sentimiento,
no sabíamos qué era el amor.
Todo el tiempo dirigías
tu mirada hacia mí.
Y yo también lo hacía,
era mejor atender todo lo que había en ti.
Sentía por ti un amor
el primero, la verdad.
Me acerqué a ti, y con valor
y empecé a hablar.
Sentía mucha vergüenza
mientras lo decía.
Imajiné que pensabas:
"¡pero qué dirá esta tía!"
Pero cuando me dijiste
que lo sentías tu también
no supe qué decirte
esas palabras me sabían a miel.
Yo veía tus defectos
también tus virtudes
sabía que no hay nadie perfecto:
con las dos cosas me quedé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario