viernes, 23 de diciembre de 2011

    En ése instante en el que te sientes perdida y no conoces a nadie, ni a tus mejores amig@s. En ése momento en el que tan sólo sientes el frío aire de invierno, enfriando tu nariz y tus orejas, mientras con la capucha puesta y la bufanda intentas entrar en calor. En ésos segundos interminables en los que te sientes caer, dejándote arrastrar por la incertidumbre y el miedo que llevabas tiempo resistiendo.

    Justo cuando sucede, es cuando decides rendirte y dejarte arrastrar al abismo. Es cuando dejas de sentirte capaz de vencer y cuando dejas de superar los obstáculos.

    Pero justo cuando estás en el borde, abres lo ojos y te ves a ti misma. Y sientes que sí eres capaz. Sientes que puedes vencer tus miedos, sientes que eres dueñ@ de tu destino y que nadie te puede controlasr.

    Es entonces cuando sonríes y tus amig@s te preguntan:
-¿De qué te ríes?
-De mí misma-Contestas, ante su cara de incomprensión.
-"De mí misma, por haber olvidado que por ahora puedo ser la dueña de mí misma"-Piensas, sonriendo para tus adentros, y con los ojos brillándote.

    Porque sabes y sientes que no lo volverás a olvidar.

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