Escribir una y otra vez. Arrugar la hoja y lanzarla a la papelera. No conseguir decir lo que quieres decir.
Sentir tantas cosas y no poder enseñarlas. Pensar que vas a explotar, que no puedes guardarlas más tiempo.
Tener una melodía en la cabeza y no saber cantarla. Ganas de cambiar la letra por aquello que te hace sentir.
Avanzar un paso y pensar si vale la pena seguir. Mirar hacia adelante y no detenerte, mantenerte en pie.
Resistir los arañazos de las zarzas que hay en tu camino. Aguantar los golpes.
Pensar que nada ni nadie te detendrá, pero tener miedo de equivocarte.
Elevar el volumen de tu voz. Gritar todo lo que puedes para que te oigan y sepan quién eres.
Respirar entrecortadamente por el cansancio. Pero correr más rápido.
Decirte que lo conseguirás, que la salida está cerca. Que todo pasará.
Intentar encontrar una salida, pero encontrarte todo el rato con lo mismo. Correr en círculos.
Desfallecer a cada paso. Coger fuerzas de cada ilusión.
Arrastrar tanta incertidumbre, nerviosismo y soledades que cada vez te cuesta más.
"Estar perdida en tu interior, llendo de tu cabeza a tu corazón, y encontrarte con todo aquelló para lo que no encontraste solución."