martes, 11 de diciembre de 2012

Mientras que en las noticias se habla de "Navidades austeras" quitando unas pocas luces de las calles...

Tal vez mis palabras están vacías.
Tal vez nunca haya encontrado explicación a todas las preguntas.
Tal vez sigo estando tan ciega como los demás.
Y sin embargo sigointentando ver lo que me rodea.
Y he visto- sí, con mis ojos, pero también a través de otros- he visto tantas cosas...
He visto niños que no conocen la ilusión de la Navidad.
Niños que nunca han recibido un solo regalo.
Niños que escuchan en silencio a sus amigos hablar de los regalos  que han recibido,
y se preguntan por qué Santa se olvidó de ellos.

He visto padres vendiendo cosas para dar a sus hijos una razón para soñar.
He visto padres que se sentían mal al ir por las tiendas, llenas de juguetes, ropa... que no podían ni soñar con tener.

Y he visto una realidad que antes no percibía.

Primero, la Navidad fue para mí una fiesta enorme en la que Papa Noel me daba regalos que, aunque muchos no eran los que había pedido, me encantaban, y el momento en que veía a mi familia más tiempo. La época en que nevaba, y las luces iluminaban todas las calles, balcones, casas...

Después pasó a ser esa fiesta del año en que no había clases, en la que iba a la ciudad más veces, donde las luces eran mucho más increíbles que en un pueblo. En la que todos sonreían. Una fecha en que no había cosas malas. Una época en que los sueños podían cumplirse. (Lo sé, cursi)

Luego, lo vi como una fiesta materialista. Una fiesta en que sólo se gastaba. En la que había que dar regalos a los familiares para demostrar su cariño. Una fiesta llena de fachadas preciosas e increíbles, con cabalgatas de reyes aún más increíbles en algunos sitios. Y vi que en la ciudad, había más cosas. Más luces, juguetes, adornos, y sonrisas. Y más gastos, más cosas inútiles.

Hoy me di cuenta de que es todo eso. Es una época en que los niños deberían soñar, y ya de paso, también los adultos, ya que a veces se olvidan. Cierto que es materialista, y muchas veces las reuniónes familiares sólo ocasionan discusiones, y más gastos. Una época de derroche. Pero, fuera de todo eso... fuera del materialismo y que no se necesite celebrar...

¿No tienen los niños también derecho a un regalo, por pequeño que sea? Como con la comida, la educación, todo... ¿Si muchos tenemos derecho a ese regalo, por qué ellos no? ¿Por qué tantos niños tienen que desilusionarse después de una noche de ilusión, mientras que otros tienen regalos que olvidan a los dos días?

Sé que se me va a entender mal... no consigo transmitir lo que he visto. Ni yo releyéndolo lo entiendo bien. Claro que todos tienen derecho a ello, todo el año. Cada día de su vida deberían tener derecho a ser felices.

Pero si este mundo globalizado se ha propuesto que en Navidad haya una imagen de alegría, magia e ilusión ¿por qué, como mínimo en esa fecha, no se esfuerza en mantener esa realidad en pie, haciendo posible un regalo?

Tantos millones y millones en el mundo, concentrados en tan pocas manos. ¿Qué costaría repartir?

Ni siquiera para mantener lo que ellos inventan sueltan dinero.

Y miles de niños que el pasado año recibieron regalos, este se sumarán a la inmensa mayoría que no reciben.

Ni siquiera en Navidad.